A Marcial, mi padre,
alimentador de sueños.
Por Esther Tarín
Buenas noches y Bienhallados
La familia de Marcial Tarín, queremos agradecer a la Plataforma 14 de Abril por la IIIª República, la celebración de este homenaje, deliciosa paradoja, en el hotel de una reina.
En estos momentos en el que el ejercicio de la política parece desvirtuado y desprestigiado, la celebración de este acto de reconocimiento a Marcial y a Paco nos hace volver a la esencia de la praxis social de la política, entendida ésta como el arte de la convivencia, del respeto y del trabajo colectivo para conseguir una sociedad distinta.
Decía Shakespeare que “fuertes razones, hacen fuertes acciones” y el compromiso de Marcial con y hacia sus semejantes, la coherencia y el respeto, la fortaleza de sus ideas han hecho que, a lo largo de muchos años, haya sabido y podido ser generoso con las ideologías.
El sostenimiento de una idea tan importante como la restauración social de los valores republicanos, la solidez moral que la acompaña, su propia solidez ética y personal y su saber hacer, le ha permitido desarrollarla bajo la praxis de la tolerancia, eludiendo la mezquindad de los enfrentamientos, asumiendo el camino recorrido paso a paso, el trabajo compartido y la constancia como ejes definitorios de su quehacer político.
Nada puede ir bien en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos, y en este momento donde encontramos ideologías despreocupadas del interés general, que practican dentro lo que dicen combatir fuera, frente a discursos estériles, frente a quienes, a pesar de las palabras, hacen más profunda, como dice Benedetti, la Grieta que media entre la maravilla del hombre y los desmaravilladores, se hace necesario, era imprescindible, reivindicar y reconocer, colectiva y públicamente, el valor de la coherencia, de la constancia, de la ética, del compromiso y la acción personal real, se hace necesario elegir –sigo con Benedetti- de qué lado ponemos el pie.
Por ello, compartimos y agradecemos la decisión de la Plataforma de reconocer y homenajear el trabajo de Marcial por cambiar esta sociedad profundamente injusta, la defensa de la libertad, el trabajo constante a lo largo de toda una vida por cambiar los paradigmas sociales actuales y por encima de todo, la transformación de las relaciones humanas. Su dedicación, su persistencia, su fe en las ideas, han sido y siguen siendo un ejemplo para nosotros.
Marcial es, como él mismo dice, republicano desde antes de nacer. Y nosotros -no nos tocaba otra-hemos aprendido a serlo fundamentalmente gracias a él.
No hay misterio en ello. Ha sido fácil creer en aquello que vivimos cada día, con lo que hemos crecido y de lo que nos hemos alimentado a lo largo de nuestra existencia. También fue fácil para él, eligió, vivió los mismos valores de su padre.
Hemos aprendido, como José Martí, no sólo el deber de ayudar a los demás, sino de encontrar parte de la felicidad en ello.
Hemos aprendido que el olvido está lleno de memoria.
Hemos aprendido que la ideología se elige y se ejerce, y solo en ocasiones se exhibe.
Como el protagonista del Concierto Barroco, de Alejo Carpentier, que consigue con su particular aporte musical, que de la proliferación de músicas por todas partes, todo gire radicalmente alrededor de la idea del concierto, así, Marcial, ha sabido convertir la amalgama de las ideologías en la condensación de las ideas. Mediante el consenso y el respeto, con la paciencia y la constancia de las hormigas, sin estridencias, sin exclusiones. Ha sabido ganarse el respeto y la honorabilidad que hoy aquí le reconocemos.
Nunca fue ese, sin embargo, su objetivo. Como los grandes fabuladores, alimentadores de sueños, comparte la reflexión del indiano de Carpentier: “De fábulas se alimenta la gran historia, no te olvides de ello. Fábula parece lo nuestro a las gentes de acá, porque han perdido el sentido de lo fabuloso. Llaman fabuloso cuanto es remoto, irracional, situado en el ayer...no entienden que lo fabuloso está en el futuro. Todo futuro es fabuloso.”
Lo que ayer era imposible, hoy ya no lo es. Hablar de República, de IIIª República hoy, es posible gracias, entre otros a este hombre que, como Ortega y Gasset, piensa en grande, se ha sacudido lo pequeño y ha sabido proyectar hacia el porvenir. No ha perdido, a pesar de los años, el entusiasmo y el optimismo de la juventud.
Se dice que en política, lo que no es posible, es falso. Las ideas que defiende Marcial, por las que ha trabajado durante tanto tiempo, no son falsas y por tanto, posibles.
Vosotros lo conocéis como amigo/camarada/compañero.
Nosotros tenemos el honor de formar parte de su familia.
Y en mi caso, el orgullo de ser su hija.
Valencia, Hotel Reina Victoria, 8 de Mayo de 2009
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