Izquierda Unida: tres corrientes pujan en el seno de la coalición

Tercera Vía dirimirá diferencias entre los críticos del PCE y gasparistas

ELPLURAL.COM

Con una historia marcada por la “infinita espiral de tensión interna”, Izquierda Unida se prepara para su IX Asamblea. Los días 15 y 16 de noviembre, IU se las verá para alcanzar un consenso y elegir de entre sus filas al nuevo líder que sustituirá a Gaspar Llamazares. Tras el fiasco del 9-M, el debate quedó abierto: tres facciones se disputan la sucesión y, sobretodo, pujan por establecer la línea que tomará el partido. Gasparistas, críticos y Tercera Vía, “tres canteras de las que extraer al nuevo coordinador”.

El periodista Juanma Romero hace un análisis del tema en el diario Público, poniendo de manifiesto que estos “tres bloques aquilatados” se medirán en la asamblea de noviembre. Y aunque se desmarcan de comparaciones con la crisis popular –“nada que ver con el PP”, afirman-, y “la discusión interna no sume decibelios”, no dejan de hacerse cuentas. “Entre un 15 y un 20% de los delegados contará con la llave del poder. Son la bisagra necesaria. Nacieron para eso”, apunta el periodista.

Tres “canteras”
Así, tras la “ruina del 9-M”, quedaron bien diferenciadas tres familias dentro del partido: La corriente crítica, representada por el PCE y sus federaciones más leales (Valencia y Andalucía), la de los gasparistas, que abogan por superar la “relación de amor-odio” con el PSOE, y la llamada tercera vía, que, tal cual está la situación, será determinante en la dirección que tome el partido.

Los gasparistas
Quieren una “IU abierta” en la que el PCE duro no controle la política. En este sector destacan unos cuantos candidatos para sustituír a Llamazares: desde Montse Muñoz, ex diputada de IU en el Congreso, hasta Rosa Aguilar, alcaldesa de Córdoba y todo un icono en el partido, pasando por Inés Sabanés, diputada por Madrid, Concha Caballero, ex parlamentaria por Andalucía, y Javier Alcázar, responsable económico del partido. Sin embargo, los mejor posicionados para la sucesión, según destaca Público, son Eberhard Grosske, concejal del Ayuntamiento de Palma de Mallorca, y Félix Taberna, responsable institucional de IU.

Los críticos
Mezclan la propuesta de Julio Anguita, que se ha desmarcado, sin embargo, de encabezar la coalición, y de Marga Sanz, secretaria del PCPV y posible candidata por este grupo. Sus posiciones basculan, desde una parte que busca una ejecutiva colegiada, hasta los que apuestan por abandonar definitivamente la federación. Los posibles candidatos de esta rama son Enrique de Santiago, dirigente del PCE, la misma Marga Sanz, quien ya disputó el liderazgo de IU a Llamazares el año pasado con el apoyo de Anguita y del PCE, o Willy Meyer, eurodiputado de IU.

La tercera vía
Son ahora mismo la bisagra. Aunque los críticos los califican de “oportunistas” y creen que en fondo son gasparistas de siempre, en sus manos está determinar si IU se inclina hacia estos o hacia los peceros. Ellos se desmarcan: “Ni con unos ni con otros”. La tercera vía se muestra crítica con la situación del partido: “Basta ya de ser borricos. No tiene perdón lo que nos hemos hecho entre todos”.

Teniendo en cuenta que los Llamazaristas tienen en torno al 45% de IU, y el PCE cuenta con un porcentaje similar o levemente menor, el 15-20% aglutinado en este nuevo centro determinará el futuro que tome el partido. La novedad es que quien logre conformar mayoría con ellos, obtendrá un apoyo bastante más estable que el “50% raspado de siempre”. En este grupo suenan los nombres de Jordi Miralles, coordinador general de EUiA, y Joan Josep Nuet, coordinador de la comisión unitaria que prepara la Asamblea, cuya posición neutral “podría abrirles el camino del liderazgo”.

Correlación de fuerzas determinante
“La correlación de fuerzas que cuaje en la asamble determinará el perfil del nuevo equipo directivo y de su máximo responsable. El punto de partida es configurar una cúpula ‘menos personalista’ y ‘más plural’ que las de Llamazares y Anguita. Tercera vía y gasparistas abogan por designar un líder que sea más ‘armonizador que coordinador’, un primus inter pares”, recoge Público. El PCE, entre tanto, sigue firme en su apuesta por una “coordinación colegiada de al menos un año”. “Los experimentos, con gaseosa”, apunta un líder comunista. En tanto no aparezca ese mirlo blanco, IU seguirá, por lo menos hasta noviembre, huérfana de líder.