13 de febrero de 2008

Guerra cainita

CANTE JONDO

Se me ocurren varias definiciones para ilustrarles sobre lo que ha sucedido en Esquerra Unida (EU), pero ninguna tan concisa y descriptiva como la que encabeza este artículo. Tras largos meses de disputas internas, de enfrentamientos personales entre sus dirigentes y de un sin fin de espectáculos bochornosos, contemplados por una militancia y una ciudadanía atónitas, el saldo que arroja EU es el de una organización rota con escasas posibilidades, por no decir nulas, de alcanzar algún logro electoral, léase escaños, el próximo 9-M.

Curiosamente, todas las encuestas sobre intención de voto dadas a conocer en el ámbito de la Comunidad Valenciana han venido confirmando, durante los últimos meses, -antes de la escisión- el mantenimiento del escaño que EU obtuvo, por la provincia de Valencia, en las elecciones generales de 2004. Formalizada ya la ruptura y con la creación de una nueva coalición/marca electoral integrada por el sector crítico de EU y el Bloc, estamos a la espera de ver lo que reflejan las nuevas encuestas que irán aflorando durante las próximas semanas.

En honor a la verdad se debe hacer constar que los dirigentes de EU ya apuntaron maneras -como los toros- de lo que podía acabar sucediendo y ha sucedido durante el largo proceso de negociación que condujo a la creación de una plataforma electoral denominada Compromís que, liderada por EU y el Bloc, cosechó un sonoro fracaso electoral en las elecciones autonómicas del pasado mayo. La gestación y el parto de Compromís ya evidenció la existencia de dos posturas irreconciliables en el seno de EU, entre los partidarios del pacto con el Bloc y aquellos que, como su coordinadora general, Gloria Marcos, eran contrarios al mismo pero acabaron asumiendo los resultados de la votación que consagró por mayoría el acuerdo preelectoral.

¿De quién ha sido la culpa? ¿Quién tiene mayor responsabilidad en este divorcio de la llamada "izquierda de la izquierda valenciana"? Pues depende, como en todos los divorcios, de con quien hables.

Unos y otros, críticos y oficialistas de EU, se echan las culpas respectivamente, adjudican deslealtades al contrario, se acusan de intereses espurios y, en definitiva, despliegan unas actitudes y comportamientos más propios de una clase política caduca que dicen atacar y con la que siempre han presumido de guardar las distancias, que de esa "nueva forma de hacer política" que ha ilustrado algunos de sus eslóganes electorales.

Cuando falta menos de un mes para la cita con las urnas del 9-M, resta poco espacio para el optimismo en EU y en la coalición Bloc-Iniciativa-Verds , que así se llama el nuevo proyecto en el que se han integrado los críticos de EU. ¿Cómo responderá ante las urnas del 9-M el electorado que sigue simpatizando con los postulados de esta izquierda rota? Algunos, suponemos, se refugiarán en la abstención, desencantados y hastiados de una bronca política cuyos púgiles han tenido tan poco en cuenta los intereses y derechos de aquellos que les han dado soporte con su voto. Otros, ignoramos en que porcentaje, orientarán sus simpatías hacia el PSPV-PSOE por aquello del voto útil y de impedir el triunfo del PP. También los habrá que se decanten por votar a una de las dos opciones resultantes de la crisis y, por último, otros ejercerán su derecho al pataleo democrático votando en blanco.

En suspenso queda el llamado "escaño 16", último escaño de la provincia de Valencia que durante la legislatura ya finiquitada correspondió a Isaura Navarro, la diputada de EU que ha abandonado la coalición para liderar la nueva organización de la mano del Bloc y convertirse en su cabeza de candidatura por Valencia.

Todas las previsiones apuntan a que dicho escaño lo sumará el PP valenciano, pasando de 8 a 9 escaños por Valencia, mientras el PSPV-PSOE mantendrá sus 7 diputados y tanto EU como Bloc-Iniciativa-Verds demostrarán que cuando se toca fondo las posibilidades no se limitan a una, luchar por salir a la superficie, sino que también cabe la opción de seguir escarbando, más y más abajo. Si se cumplen estos cálculos, la "izquierda de la izquierda valenciana" habrá aportado su granito de arena a la resolución de la cuadratura del círculo o cómo conseguir desde la izquierda engordar al contrario. Son unos fenómenos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Cal destacar que el posicionament del PCPV representat per Gloria Marcos contrari al pacte per a les autonòmiques no és ni més ni menys que l´habitual dels PC´s de “menjar-se ells el pastís o que s´en vaja al fem”, perquè 1) significava que el PCPV no trobava cap punt de coincidència per a un programa de mínims amb el Bloc i Verds, és a dir, tota la veritat la posseeix el PCPV 2) posats a fer pacte, les condicions principals del pacte foren sobre qui mantenia l´hegemonia en la coalició, 3) ja ens agradaria saber quants comunistes votaren PSOE a les autonòmiques, 4) ara passa el mateix: prefereixen anar sols a les Generals o donar-li els vots al PSOE, i que tinga un diputat més el PP, que votar Isaura Navarro. Pur dogmatisme. H. Garcia